5/5/10

Juan Pardo (Campos de Remesar)

La casa de Juan, a la que se refiere en esta canción, está emplazada cerca del Pazo de Oca, exactamente, en un lugar del concello de A Estrada denominado Remesar, del que Juan ha llegado a referirse como «una aldea de 50 habitantes y 50 amigos». Construida en piedra con 800 metros cuadrados de superficie útil, la vivienda consta, entre otras estancias, de seis habitaciones, igual número de baños, chimeneas, saunas, amplios salones dotados de un par de pianos y los vestigios de un antiguo estudio de grabación. La rodea una finca de una hectárea, o sea, 1,3 veces mayor que la plaza del Obradoiro. Amén de una gran piscina, la parcela dispone de un mirador que es atalaya de pura belleza. La canción se encuentra en el Cd "Año Nuevo". Las fotos pertenecen a distintos lugares del Pazo de Oca en Remesar.

"Es algo tan triste, el color del invierno, sobre el asfalto, de mi ciudad. Las calles mojadas, brillan mucho y no huelen, como los campos de Remesar. Los escaparates, vendiendo mentiras, te guiñan los ojos, invitándote a entrar. La ciudad es mi enemiga, tan tramposa y divertida, que se cuela por tu vida, para poderte dominar. Es algo tan triste, el color del invierno, sobre el asfalto, de la ciudad. Yo me vuelvo al pueblo, para vivir en la aldea, hay que sentir que la tierra, te hace volver a nacer. Vente conmigo, para sentir su caricia, conocerás mi Galicia, desde estos brazos mujer. Yo me vuelvo al pueblo, para vivir en la aldea, hay que sentir que la tierra, te hace volver a nacer. Vente conmigo, para sentir a Galicia, conocerás su caricia, desde estos brazos mujer. No es nada triste, el color del invierno, sobre los campos de Remesar"

COMENTARIO: Juan, que aunque nacido en Mallorca siempre se ha sentido gallego, ha escrito muchas canciones en gallego y otras en castellano con referencia a Galicia. Esta es una de ellas, que aunque con la letra en castellano, nos recuerda como deseaba vivir en Galicia. Se hizo construir una casa en Remesar (de ahí el título de la canción) donde ha pasado mucho tiempo, aunque el lugar de residencia lo seguía teniendo en Madrid. La letra lo dice todo: la ciudad tiene muchas cosas buenas pero, nada como el olor de los campos de Remesar, donde la lluvia da ese color y olor a la tierra inconfundibles y, donde la paz del lugar es un seguro de vida para encontrar el descanso deseado.

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