Juan Pardo (Mis canciones)

Comentario a la letra: Desperté ayer así de un sueño que no pude comprender y aún hoy estoy vacío de emociones y es que ayer, no sé por qué sentí que me acababa (se puede comprender que fue una ocasión en que pensó que no iba a ser capaz de dar más de sí, que se acababa el filón de la composición; más tarde, antes de sacar el doble Cd “Caballo de batalla”, parece que también le sucedió algo semejante). Y después, en un papel tratando en vano de reconstruir pinté palabras que surgieron ante mí sin más vestidas de temores (después de ese sueño, que no dice cuál fue, escribe palabras que no parecen tener sentido, por eso habla de ellas como vestidas de temores, de que no sabe para que le servirán).
Mis canciones se abrazaban dentro de mi sueño, no querían otro dueño más que yo (sin embargo, esas palabras unidas a las notas de la guitarra, daban lugar a nuevas canciones que se le ofrecían sólo a él y para él. Aquí, se puede entrever lo que Dios le dijo al componer la canción “Conversaciones conmigo mismo”: me dijo que todo lo que veía era música para mí, en mi caso, y amor). Y al cruzar sus armonías, nacían nuevas melodías, que se me ofrecían como a un dios…que se me abrazaban como a un dios.
Y no sé por qué razón el viento de la suerte sopla en mí (vuelve a la idea de la canción Recuerdos: “yo era un niño al que la suerte bañó en esa mágica fuente de los sueños que se convierten en la realidad”), así acordes y palabras que al final serán mis nuevas melodías. No sabéis con qué ilusión la nieve de los montes me hizo ver y oír (está componiendo en el Hotel Tobazo y habla de la ilusión que le produjo el ver surgir esas nuevas melodías) sonidos con espectro de color brillar con sol de mis nuevos sentidos.
Mis canciones que son de aire, vuelan en su baile a través del mundo, del mundo que hay en mí (de todo lo que lleva dentro de él). Entre notas y armonías nacen nuevas melodías, duermen en mi almohada y en mi blog