17/1/10

Venganza (Juan Pardo)

Comienza la canción de una manera muy original, con unas campanas tocando de fondo mientras suena la música: muy bueno este inicio ya que nos introduce en lo que va a contar Juan a continuación: son las campanas de una Iglesia, que en todos los pueblos, recuerdan a la gente que ha habido una defunción; en este caso, la muerte, parece ser que ha sido debida a una acción terrorista; los testigos, su mujer, un hijo que contaba sólo con 16 años (el protagonista de la canción) y, su hermana más pequeña. Juan, y hay que recordar que sólo es una canción, intenta dar solución a un mal (muerto de su padre) a base de otro mal (vengarse); o sea, el famoso y triste “ojo por ojo, diente por diente” o el “tú me la haces, tú me la pagas”; yo hubiese preferido -aunque fuese al final de la canción después de recordarnos que lo primero que aflora en la persona que ha pasado por ese trance es el deseo de vengarse-, que Juan terminara la canción con el perdón: sería dejar a un lado, de una vez, la ley antigua del Talión y, recoger la ley del “mandamiento nuevo” (“que os améis los unos a otros como yo os he amado”); ¿y,cómo nos amó?, hasta morir por nosotros en la Cruz; ¿y, qué hizo en la Cruz?; pedir perdón por los que lo habían clavado: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Es lo que diría más adelante San Agustín: “pon amor donde no hay amor y sacarás amor”; con la venganza, no se arregla nada (vemos la desgraciada experiencia a diario) ya que, la venganza, pide de nuevo venganza. Es mi opinión. De todos modos, "chapeau" de nuevo para esta canción que tan bien describe esa situación.

La noche que mataron a su padre, tenía solamente dieciséis; muy pocos para dar por él la cara, insuficientes para llorar también. Su madre le miraba fijamente; su hermana más pequeña junto a él rezaba alguna cosa y sollozando decía: ¡Papá, no te vayas,…mírame! La gente silenciosa no hizo nada; amigos o cobardes, … ¡y yo que sé!; sintió la pena, el miedo y mucha rabia y no bajó los ojos ni una vez
De golpe se hizo adulto aquella tarde; de golpe despertó en un mundo infiel; a golpes le enfrentaron a la vida; y a golpes se tendrá que defender. Nadie perdona si ha vivido acorralado; sale una fiera que escondemos sin querer; y cuando el hombre más tranquilo es atacado se despierta otra persona que nada tiene que ver; mucho cuidado si el ataque es a su gente, con la dignidad no hay juego, sé muy bien que lo sabéis
¡Venganza dijo un día, venganza!, la sangre llega al río esta vez; y las mujeres se hacen cruces, los hombres dan la espalda y en el punto sin retorno…con la muerte se hace ver. ¡Venganza dijo un día, venganza!, la sangre llega al río esta vez; el hombre quiere perdonar y su garganta suelta un grito que está vivo … desde aquellos dieciséis

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"No hay mayor pena que la culpa. No hay mayor poder que el del amor. No hay mayor alegría que la del perdón. Deberíamos de tener presente esto como lema siempre en nuestras vidas".

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